El cartonero sereno recorre las calles del deseo
Se observa en los espejos de las latas baratas –o tan caras–
arrojadas, mojadas, abandonadas
Arrastra el carro eterno de papeles y cartones del “ya veremos”
Es fea la noche de las veredas negras
Los dedos expertos desordenan lo correcto
Merodean los ojos sangrantes en el ocaso de la tentadora espera
Bolsas repletas de verdades desertoras
Cada hora que se pasa es un anatema
Yo desecho
Vos desechás
Él desecha
Todos desechamos
El cartonero recoge/ La gente se molesta
Las horas callan/ La Negra se despereza
El nene come/ ¿La panza se le llena?
MBL